Aunque muchos países afectados por la crisis del COVID-19 pueden requerir ayuda internacional para garantizar la continuidad educativa de todos sus estudiantes, así como para proteger y mantener el bienestar del personal educativo durante la emergencia actual, los gobiernos, a través de sus correspondientes ministerios de educación, siguen siendo los principales responsables de entregar educación. Los programas de respuesta rápida que apuntan a asegurar la continuidad de la entrega de educación deben estar alineados con las prioridades y las actividades a largo plazo de los ministerios de educación. Ayudar a los ministerios de educación a institucionalizar la reducción y la gestión del riesgo de crisis en los procesos de planificación educativa puede ayudarles a dirigir mejor la planificación y la entrega de educación antes, durante y después de una crisis, así como a prepararse ante los impactos de la crisis y mitigarlos. Este enfoque se denomina como 'planificación sensible a las crisis'.