Most institutions of higher education need to undergo self-directed and deep change; but few do it. In the late 1990s, Zamorano College, an international institution located in Honduras, Central America stopped resting on its laurels and carried out an ambitious, multifaceted, rapid transformation program. The author recounts the details of the process and presents a number of the hypotheses that were generated. Readers are encouraged to apply and judge these lessons within their institutional contexts. This study emphasizes the need for internal change agents to base their transformation efforts simultaneously on the evolving needs of the college's external constituencies and a re-evaluation and ultimately a reaffirmation of the enduring values of the institution. By making difficult programmatic changes that were consistent with the strengthening of the institution's deepest values and the key external constituencies' needs, Zamorano assured that its programmes would respond to the priorities of society at large, not just those of a complacent or defensive internal constituency. Other institutions can do the same.La mayoría de las instituciones de educación superior necesitan emprender cambios autogestionados y profundos, pero pocas lo hacen. Durante los últimos años de la década de los noventa, la Escuela Agrícola Panamericana, hoy la Universidad Zamorano, una institución internacional localizada en Honduras (América Central), dejó de dormir en sus laureles e inició un programa de transformación ambicioso, multidimensional y rápido. El autor narra los detalles del proceso, presenta algunas hipótesis generadas por esta experiencia e invita a los lectores a juzgar y aplicar estas lecciones en sus propios contextos institucionales. El estudio hace hincapié en la necesidad de agentes internos del cambio para basar sus esfuerzos de transformación simultáneamente en las necesidades cambiantes de los actores externos de la institución, así como en una reevaluación y, en última instancia, reafirmación de los valores perdurables de la institución. Al efectuar cambios programáticos difíciles que fuesen coherentes con el fortalecimiento de los valores más profundos de la institución y de las necesidades de los actores externos clave, Zamorano aseguró que sus programas respondieran a las prioridades de la sociedad más amplia y no sólo a las de actores internos complacientes o a la defensiva. Otras instituciones pueden hacer lo mismo.