En los países más ricos del mundo, a algunos niños les va peor en la escuela que a otros debido a circunstancias que escapan a su control, como el lugar donde nacieron, el idioma que hablan o la profesión que ejercen sus progenitores. Estos niños acceden al sistema educativo en situación de desventaja y pueden quedarse aún más rezagados si las políticas y prácticas educativas refuerzan, en lugar de reducir, la brecha entre ellos y sus compañeros. Esos tipos de desigualdad son injustos. No todos los niños tienen las mismas oportunidades de alcanzar su pleno potencial, de perseguir sus intereses y de desarrollar sus talentos y habilidades, acarreando con ello costos sociales y económicos. Este informe se centra en las desigualdades educativas en 41 de los países más ricos del mundo, todos ellos miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) o de la Unión Europea (UE). A partir de los datos más recientes disponibles, se examinan las desigualdades a lo largo de la infancia —desde el acceso a la educación preescolar hasta las expectativas educativas una vez concluida la enseñanza secundaria— y se analizan en profundidad las relaciones entre la desigualdad educativa y factores como la actividad profesional de los padres, los antecedentes migratorios, el género y las características de las escuelas.